Temario
- ¿Se lleva Dios a la gente?
- ¿Proviene de Dios la muerte?
- ¿Se cumple la voluntad de Dios cuando alguien se muere?
- ¿Por qué es peligroso sostener que Dios es quien “se lleva” a la gente por su voluntad?
Apéndice
- Dios y la muerte en el A.T.
Introducción
Existen muchas frases hechas en la sociedad en las cuales no hemos meditado. En la sociedad cristiana, hay una frase tradicional que se dice cuando alguien muere: “Dios se lo llevó”.
Surge entonces la pregunta: ¿cómo podríamos resolver el tan conocido concepto de que Dios “es amor”, un “Padre amoroso”, con el hecho de que un día decida “llevarse a un hijo”, o “llevarse la madre de un niño” o “llevarse al marido de una esposa enamorada”? ¿Cómo ajustaría esta frase en los casos de aquellos brutalmente asesinados? ¿Acaso Dios –golpeando brutalmente el sentido común- habría decidido llevarse a un hijo suyo al cielo y contrató un sicario para ello?
Alguien podría responder: “¡No! en estos casos no es Dios…” Entonces surge la duda: ¿En cuáles casos sí, y en cuáles casos no?
En estas disyuntivas sin salida caemos siempre que nos basamos en tradiciones o pensamientos humanos heredados, carentes de sustento bíblico. Por este motivo se impuso una pregunta más acertada: ¿Qué dirá la Biblia acerca de este tema? Porque, en definitiva, La Autoridad primordial del cristiano es la Biblia y no nuestras percepciones ni las explicaciones que le demos a las cosas para cerrarlas de alguna manera.
Desarrollo
¿Se lleva Dios a la gente?
Eclesiastés 9:4-6
Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.
Salomón, el hombre más sabio de aquellos tiempos, nos dice que para el hombre que muere se acabó la oportunidad. Se terminó su trabajo, su ministerio, su jubilación… todo. Incluso de la comparación del perro y el león se deduce que no importa si aquel que murió ha sido un hombre poderoso o reconocido. Es preferible el hombre sencillo y vivo porque todavía puede hacer algo.
Observemos la declaración que hace el apóstol Pablo:
Filipenses 1:21-24
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
Pablo había hecho una gran obra. Toda Asia menor escuchó la Palabra de Dios en sólo dos años y tres meses por la ministración de Pablo. Morir era ganancia para él pues se encontraría con Cristo, y al pasar por el Tribunal de Cristo tendría inclusive recompensas de acuerdo a su labor y también, por qué no, un merecido descanso. Para el cristiano en sí no es un problema la muerte, pues sabemos a dónde vamos y a Quién pertenecemos.
Detengámonos un instante en el versículo 23: “partir y estar con Cristo”. Primero dice “partir”, y luego “estar con Cristo”. NO dice que Cristo “me lleve de esta vida”. A modo de ilustración, recuerdo que cuando tenía unos diez años realicé un viaje sola en avión de Bahía Blanca a Buenos Aires y al llegar a destino, mi madre me estaba esperando en el aeropuerto. Ella NO me había sacado de Bahía Blanca: me esperaba en Buenos Aires porque yo era una niña y no me iba a dejar sola en el aeropuerto.
Aunque Pablo sabía que morir era ganancia para él, reconsideraba el asunto porque era “necesario” que se quedase a causa de la obra. Pablo sabía que si se moría ya no tendría parte en la obra, y él era una pieza muy importante en el engranaje del ministerio a los gentiles (por no decir “la más” importante)
Sintetizando:
a) Dios no se lleva a la gente. Jesús, más bien, nos espera del otro lado cuando partimos.
b) Una vez que alguien muere, se termina todo trabajo. Lo que estabas haciendo tal vez alguien lo siga, tal vez alguien lo desvirtúe o nadie más lo continúe. Y Dios sabe estas cosas.
¿Proviene de Dios la muerte?
En Génesis, cuando Dios creó todas las cosas dijo que “todo era bueno en gran manera”. Él no había creado la muerte; no era ese su plan para la raza humana. Pero cuando Adán pecó contra Dios, todo cambió. Entró la corrupción por Adán a toda la raza humana (1 Corintios 15:21,22) y afectó toda la tierra (Génesis 3:17). Dios tuvo que planificar una redención para librar al hombre del pecado y de sus consecuencias. Parte de esta redención consistía, en principio, en no permitir que la raza humana viviera para siempre:
Génesis 3:22-24
Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
Es necesario resaltar que Dios no trajo la muerte sobre la humanidad. Ésta fue consecuencia directa de la desobediencia de Adán, tal como Dios había anticipado que sería. Dios, en un acto de misericordia, ocultó el árbol de la vida para resguardar a su creación más amada de vivir eternamente en un estado de pecado. Respetó así la decisión de Adán, y la corrupción y la muerte que entraron en el hombre por el pecado siguieron su curso.
Romanos 5:12
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Como ya dijimos, si Dios hubiera permitido que la raza humana gustara del fruto del árbol de la vida antes de que fuera enterrada la naturaleza pecaminosa, el hombre habría vivido eternamente en corrupción. Este estado no solo alcanzaría a sus cuerpos, sino que la maldad social se habría perfeccionado sin límites y sin posibilidad de ser transformada jamás.
¿Por qué Dios instituyó sacrificios (muertes) para remisión de pecados?
La ley espiritual para la cobertura por los pecados implicaba sacrificios y derramamiento de sangre.
Dios, para su creación, estableció principios físicos tales como la gravedad y la termodinámica, entre otros. Estos principios permiten que el universo creado tenga armonía. De la misma manera, existen principios y leyes espirituales establecidos por Dios cuyos funcionamientos podemos descubrir al leer las Escrituras.
Hebreos 9:22
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
Los primeros seres registrados que murieron, fueron aquellos animales con cuyas pieles se cubrieron Adán y Eva. Dios, en forma figurada, estaba “cubriendo” sus pecados con el sacrificio de estos animales.
Más tarde, la ley mandó sacrificar animales para cubrir provisoriamente los pecados de los hombres hasta la llegada del Cristo, quien representaba el plan definitivo de Dios para el rescate de la humanidad. Él tenía que venir en cuerpo humano, debía vivir como un humano, debía padecer y cargar sobre sí los pecados de la humanidad y sus consecuencias, debía ser sacrificado para cubrir estos pecados y luego resucitar limpio y así hacer efectiva la salvación a todos los hombres (Isaías 53:4,5, Romanos 6:3-5)
Hechos 17:3
… Declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que ERA NECESARIO que el Cristo padeciese, y RESUCITASE de los MUERTOS; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo.
Pero esto no termina aquí: la redención de nuestras almas ya se cumplió y tenemos promesas de que nuestros cuerpos también serán redimidos cuando Cristo venga.
1 Corintios 15:26
Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
1 Corintios 15:54-57
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Nótese que la Palabra de Dios llama al a muerte “enemigo”. La muerte no es un amigo. No la creó, ni la promovió, pero cuando entró, la dejó pasar y la usó para bien, pues por medio de ella, logró nuestra redención. Dios siempre es más sabio que el diablo y le desbarata sus planes De todas formas, esto es momentáneo y dentro de no mucho tiempo, seremos transformados y tendremos un cuerpo como el que Jesús tiene hoy:
1 Juan 3:2
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
Pero para aquellos que aún tienen dudas de que la muerte sea algo proveniente de Dios, y para corroborar aún más lo que vengo diciendo, quiero que vean estos impactantes versículos:
Hebreos 2:14
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte AL QUE TENÍA EL IMPERIO DE LA MUERTE, ESTO ES AL DIABLO.
¿Quién tenía el imperio de la muerte y fue vencido?
Juan 10:10
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
El ladrón hace referencia a la obra del diablo, llevada a cabo por medio de los líderes religiosos del momento (es algo que se ve en el estudio contextual del pasaje que viene de los capítulos 8 y 9, de la discusión de Jesús con los fariseos). ¡Este versículo conocido es tan impresionante! Jesús trazó la línea de división entre las obras de Dios y las obras del diablo. ¿Quién mata, hurta y destruye? ¿Quién ha venido a traer vida abundante?
Y si bien hay muchos más versículos que señalan que Jesús es vida y no muerte, desearíamos terminar esta sección con este precioso pasaje:
Romanos 6:23
Porque la paga del pecado es muerte, mas la DÁDIVA de Dios es VIDA ETERNA en Cristo Jesús Señor nuestro.
Sintetizando:
a) Dios no creó la muerte. Cuando Adán le abrió la puerta a la muerte, Dios la dejó seguir su curso a fin de que por la muerte de un hombre, Jesús, poder rescatar a la humanidad y devolverle la VIDA.
b) El imperio de la muerte y la destrucción, es del diablo. Fue por su intervención que se introdujo en el sistema, cuando Adán cayó en su tentación.
c) La naturaleza de Dios es VIDA. El nos trajo VIDA con Cristo, es su DÁDIVA porque nos da de lo que Él es. Nadie puede dar lo que no tiene. Dios es vida, por lo tanto no es muerte, ni hay muerte en él, ergo, no puede darla.
Cuando alguien se muere ¿podemos decir que fue por voluntad de Dios?
Siendo que la naturaleza de Dios es vida, y que no creó la muerte, ni fue quien decidió que entrara, podemos decir que no es correcto decir cuando alguien se muere que “fue voluntad de Dios”. Dios no ha cambiado, en Él no hay sombra de variación; hizo todo por traernos vida, y Él mismo es, fue y será vida.
Tengamos en cuenta que Dios se presentó como un Padre para nosotros por medio de Jesús. Ningún padre se agrada cuando un hijo deja de vivir. Y aunque Dios es eterno y sabe que si un hijo suyo muere sólo es un descanso temporario hasta que seamos resucitados (1 Corintios 15:52) no importa. Dejará de ver a ese hijo caminando en la tierra, hablándole, trabajando para Él. Y un hijo, aunque haya muchos hermanos, es un hijo.
Además teniendo en cuenta que se termina todo trabajo en la tierra cuando alguien muere, lo que ese hijo que murió estaba haciendo se terminó. Ya no ejercerá su influencia sobre otros para salvarse de la forma en que sólo él podía hacerlo. Apenas quedará su recuerdo por un tiempo.
Revisemos ahora estos versículos:
Salmos 116:15
Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos.
La versión Reina Valera 1960 no refleja adecuadamente el impacto de la palabra hebrea yacar (estimada), que también significa costosa, preciosa. Otras versiones la traducen así:
- Mucho le cuesta al Señor ver morir a los que lo aman. (Dios Habla Hoy)
- Mucho cuesta a los ojos de Yahveh la muerte de los que le aman. (Biblia de Jerusalén)
- ¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos! (Libro del Pueblo de Dios)
Sin lugar a dudas, Dios nos aprecia y nos valora y le es “costoso” ver morir a alguno de sus hijos ¿Le gustaría comprobar en la Escritura que esto es verdad? Pensemos lo siguiente: ¿Cuándo fue la única vez que se registró en la Biblia que Jesús lloró?
Juan 11:34-36
Y [Jesús] dijo: ¿Dónde le pusisteis [a Lázaro]? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró. Dijeron entonces los judíos: Mirad CÓMO LE AMABA.
¡Sí, lloró cuando su amigo Lázaro murió! ¡Jesús es Dios! ¡A Dios le cuesta ver morir a los que le aman! Y se compadece de los familiares que sufren por la pérdida de un ser querido.
Jesús NO nos mostró un Dios que mata gente, o “se la lleva”, dejando a familiares desamparados. Él no es distinto hoy. Antes, se compadeció del sufrimiento de una viuda que perdió su hijo y ¿qué hizo?
Lucas 7:12-15
Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.
¡Lo resucitó!
¡Miren que ejemplo de empatía! “¡Jesús es el mismo ayer y hoy y por los siglos!” (Heb 13:8)… ¡El se compadece hoy tanto como ayer! Él no quiere dejar al hijo sin su mamá, ni a la madre sin el hijo, ni al esposo sin la esposa. Más bien quisiera devolverte a tu familiar amado.
Si no hemos podido ver mucho este tipo de milagros es porque no hemos entendido el corazón del Señor. Cuando se piensa que “fue voluntad de Dios la muerte de alguien”, no se puede tener el coraje de levantar un muerto, porque significaría estar contradiciendo la que suponemos es la “voluntad de Dios”.
Pero el Señor nos mostró aún más su voluntad cuando dejó el mandamiento:
Mateo 10:8
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Yo sé que luego de estas afirmaciones, surgirá la duda: “¡pero si esto fuera así, entonces nunca moriríamos!”
El hermano Barry Bennett (Vida en Cristo) expresó en una oportunidad:
“Dios declaró 120 años para la vida del hombre (Génesis 6:3). Después Dios pronunció una maldición sobre Israel en el desierto y a ellos la vida solamente iba a extender 70 o ‘en los más robustos’ 80 años.
Salmo 90:10
Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años…
No dice aquí que era una “decisión soberana de Dios”, sino que tenía que ver con “la fuerza física” de cada uno: Los MÁS ROBUSTOS, 80 años. Sin embargo, la maldición de Israel en el desierto no es promesa nuestra porque fuimos redimidos de la maldición de la ley por Cristo (Gálatas 3:13). Y hoy muchos viven 90 a 100 años o más. Nuestros días se pueden extender mucho más que 80.”
Es interesante que en la Biblia también encontramos versículos que dan a entender que muchos están muriendo prematuramente. Por ejemplo, Éxodo habla de los beneficios que gozarían aquellos que cumplieran los mandamientos de Dios en tiempos de la ley:
Éxodo 23:26
No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días.
O sea, no morirían antes de cumplir tiempo de vida útil que sus cuerpos tenían.
Isaías 65:19-20
Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.
Esta profecía del milenio nos muestra que en ese tiempo no veremos, como hoy vemos, morir a la gente antes de cumplir con sus vidas. Nuestros cuerpos físicos fueron afectados por el pecado original, y estamos esperando que Cristo vuelva para ser redimidos en esa área. Así es que nuestros cuerpos tienen un “tiempo de vida útil” a causa del envejecimiento. La enfermedad no debería ser un problema para el cristiano, porque Cristo llevó en la cruz las enfermedades junto con los pecados, pero ese es tema de otro estudio. O sea que está disponible morir de viejo hoy como pasó con Job, Abraham, Isaac, David y otros tantos de los cuales se dice que “murieron en buena vejez y llenos de días”. Está disponible, ¡créelo, porque estamos en mejor posición que Job, Abraham y tantos otros!
Hay también un versículo donde Pablo reprende a los corintios porque algunos estaban enfermando y otros, que debieran vivir, estaban muertos.
1 Corintios 11:29-30
Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.
Observe que ellos no mueren por “voluntad de Dios”, sino porque hay algo que están haciendo mal, razón por la que Pablo los corrige ¿Para qué? Para que estén sanos y no mueran prematuramente. Y este versículo es, como toda la Escritura, Palabra revelada de Dios.
Sintetizando:
- A Dios le cuesta y le duele la muerte de un hijo.
- Dios se compadece de los familiares que sufren por la muerte de un familiar amado.
- La Biblia habla de un promedio de vida normal para nuestros cuerpos físicos. Y Dios NO desea que ninguno se muera antes.
- Está disponible resucitar muertos.
- Si estamos atentos, Dios nos advertirá sobre lo que estamos haciendo mal, para que no muramos antes de tiempo.
¿Qué problema hay en sostener que Dios es quien “se lleva” a la gente por Su voluntad?
He tratado con gente que cree que Dios se llevó a sus seres amados, y observé el siguiente inconveniente: sufren de una gran desazón. Conocí gente con rencor e impotencia, sentimientos muy incoherentes para con Dios. A esto se suma la enseñanza religiosa del tipo estoica que agrega la pesada carga de “aceptar” y “resignarse” sin chistar a la supuesta voluntad de Dios, porque si no se corre el riesgo de ser tildado de “poco espiritual”. ¡Es increíble como la religiosidad le roba el sentido común al ser humano. Es así que algunos desarrollan un odio oculto contra Dios, aparentando estar bien pero trasuntando, a través de sus acciones, amargura, rebelión e inclusive alejamiento de Dios.
Citando nuevamente a Bennett, “La imagen que tengas de Dios, determina tu vida”. Si la imagen que te enseñaron de Dios no te trae verdadera libertad sino que te ata de alguna manera, entonces NO ES verdad. Jesús dijo: “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. La única imagen de Dios verdadera que debemos tener es la que Jesús nos reveló, pues Él dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” y Jesús se compadecía de la gente.
Por otro lado, inclinarse a la tradición de que la gente muere “por voluntad de Dios”, anula en su vida y en la vida de otros la posibilidad de resucitar un muerto y ministrar sanidad a un enfermo terminal. Aún si fuera Ud. el enfermo terminal, le faltará certeza en la sanidad porque pensará que Dios le está “queriendo llevar”. Entonces la fe radical, la fe que no duda nada y que es la que más necesitamos para recibir un milagro, se diluye en presuntos “propósitos de Dios”.
Cuando Jesús iba a resucitar a Lázaro, Marta presentó su duda lógica:
Juan 11:39-40
Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
¡Era lógico que el cuerpo de Lázaro apestara luego de cuatro días! Pero Jesús le respondió con un condicional: “SI CREES verás la gloria de Dios”. Y sin embargo, ya le había dicho esto antes!
Si pensamos que es Dios quien “se lleva” a la gente (poéticamente hablando), o “mata» las personas (hablando sin adornos) nunca nos atreveremos a decir: levántate y anda siquiera para probar, porque LA TRADICIÓN (costumbres transmitidas) no nos permitirán creer para ver la gloria de Dios. La única forma de ver las cosas sobrenaturales de Dios en esta vida, consiste en:
- Conocer el corazón de Dios a través de Su Palabra,
- Creer lo que dice Dios sin importar el testimonio de los sentidos, y
- Accionar en certeza de acuerdo a ello.
Sintetizando:
Una imagen correcta de Dios le librará y le reconciliará con Dios. Sanará su alma y podrá entonces ser herramienta útil en sus manos para liberar el poder de Dios y ver Su gloria y manifestaciones sobrenaturales
Quisiéramos terminar esta sección con una reflexión de T.L Osborn, el mundialmente famoso evangelista:
“Dios no encuentra placer en la muerte del que muere, Él sólo recibe placer cuando te acercas a Él y puede así depositar Sus bendiciones sobre ti. Amigo, él te ama y se interesa por ti; pero sólo podrá llegarse a ti si crees en Él.”
¿Por el qué en el Antiguo Testamento dice que Dios mataba a la gente?
Dios se da a conocer en el Antiguo Testamento con los siguientes nombres:
- Jehová-Shammah: El Señor quien está Presente (Ezequiel 48:35)
- Jehová-Shalom: El Señor es Paz (Jueces 6:24)
- Jehová-Rohi: El Señor mi Pastor (Salmo 23:1)
- Jehová-Jireh: El Señor ve o Proveerá (Génesis 22:14)
- Jehová-Nissi: El Señor es mi Estandarte o mi Victoria (Éxodo 17:8-15)
- Jehová-Tsidkenu: El Señor es nuestra Justicia (Jeremías 23:6)
- Jehová-Rapha: El Señor es mi Sanador (Éxodo 15:26)
Dios no se identifica jamás como el “devorador” ni el “destructor”. Esto es algo que debiera llamar nuestra atención porque, por el contrario, se identifica con las características con las que también quiso darse a conocer a través de Jesús, quien mostró en su andar cada una de ellas y declaró: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”. En ningún lugar de la Escritura veremos a Jesús matando a nadie.
Jesús dijo en Juan 10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir”. El contexto en el que se halla este pasaje se refiere a los fariseos que llevaban adelante la obra. La pregunta es: ¿la obra de quién…?
Juan 8:44
Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
¿Quién fue homicida desde el principio? El diablo. En contraste, Jesús vino a traer vida y vida en abundancia.
Por eso no es tan descabellado pensar que el Antiguo Testamento no representa la revelación más acabada que podamos obtener acerca de la personalidad de Dios, puesto que es Jesús quién verdaderamente habría de dar a conocer al Padre.
Juan 1:18
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Jesucristo fue “la imagen misma de Su sustancia”. Cualquiera que haya visto a Cristo “ha visto al Padre”. Teniendo en cuenta estas palabras de Jesús, observemos que Jesús nunca mató a nadie y nunca enfermó a nadie; por el contrario, Él dio lo que realmente es: VIDA. Jesús es el pan de VIDA (Juan 6:48). Las Palabras de Dios son VIDA (Juan 6:63). El Espíritu de Dios es como “ríos de agua VIVA” (Juan 7:38-39). Dios es VIDA y da vida.
Es de notar también que Dios le da a Israel la posibilidad de escoger entre la vida y la muerte, aconsejándoles la bendición para que vivan y no mueran.
Deuteronomio 30:19
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia…
Dios no quería que la gente de su pueblo muriese. Ellos estaban bajo el pacto de la ley pues todavía no había llegado El Redentor. Esta ley cumplía una función de guía, como un tutor o maestro (Gálatas 3:24), lo cual también implica una función de protección para no caer en manos del dios de este mundo (el diablo). El hecho de no cumplir la ley los dejaba desprotegidos y a merced del enemigo. A modo de ilustración, es como si la ley constituyera un paraguas: mientras cumplían con el pacto, estaban allí cubiertos; pero si incumplían se salían de la protección y quedaban expuestos al enemigo.
Para comprender esto es interesante observar en Malaquías una de las pocas revelaciones que hay en el Antiguo Testamento acerca de Satanás. Las cosas no andaban bien para Israel, pues Israel había fallado en cumplir lo referente a sacrificios, diezmos y ofrendas y Dios los estaba llamando a volverse a la obediencia, para el beneficio de ellos mismos.
Malaquías 3:10
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Primero les dice que cumplan lo pactado en la ley, y luego agrega:
Malaquías 3:11-12
Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
Dios estaba hablando aquí de una “tercera persona”. O sea que había un “devorador” que tomaría ventaja cuando los israelitas no cumpliesen con el pacto preestablecido y así como procuraba “devorar” sus bienes -sin duda- era el homicida que tenía el imperio de la muerte y buscaba destruir las vidas de quienes Dios amaba.
El Antiguo Testamento no presenta prácticamente ninguna revelación acerca del diablo, tal vez porque los israelitas nada podían hacer contra él sin la victoria futura de Jesucristo. En el Antiguo Testamento se le adjudicaba TODO a Dios.
Más tarde, fue Jesucristo quién exhibió públicamente las obras y las huestes de Satanás (Colosenses 2:15).
IMPORTANTE: La persona de Dios en el Antiguo Testamento debe ser entendida a luz de la Revelación mayor que nos da el Nuevo Testamento a través de Jesús; y NO tratar de entender el Nuevo Testamento a través de la oscuridad del Antiguo Testamento.
Sintetizando:
- Los nombres redentores de Dios se identifican con la imagen que Cristo nos dejó de Dios al caminar en la tierra.
- Digno de observar: “el diablo ha sido el homicida desde el principio”
- No hay prácticamente revelación acerca del diablo en el Antiguo Testamento. Tal vez porque no estaba disponible todavía el poder para vencerlo.
- Cumplir la ley constituía una protección contra el diablo.
Saludos, como ajustaria este magistral estudio a lo sucedido en Hechos 5 sobre las personas llamadas Ananias y Safira, no fue el Espíritu Santo quien provocó su muerte a causa de la mentira?
Recuerdo el pasaje de Lucas 9:
¿Qué habría sucedido si los discípulos hubiesen ordenado que cayese fuego del cielo? Jesús no les dijo que no tenían la capacidad de hacer eso, sino que los reprendió indicándoles que ese espíritu no era el adecuado para un predicador del Evangelio, enviado para salvar y no para destruir.
Pedro recibió autoridad conferida por Jesús, y en este pasaje la aplicó para determinar el castigo correspondiente al pecado de Ananías y Safira.
En lo personal solo veo en Pedro el usufructo de esa autoridad, tal vez influenciado aún por el esquema de pecado-castigo de la Ley mosaica. De acuerdo a lo relatado en Lucas 9, dudo que Jesús hubiese compartido su accionar.
Deuteronomio 32:39 Ved ahora que yo, yo soy,
Y no hay dioses conmigo;
Yo hago morir, y yo hago vivir;
Yo hiero, y yo sano;
Y no hay quien pueda librar de mi mano.
Hola Yeni! La Ley que fue dada a Moisés fue un pacto de obediencia y retribución. La gente obedecía esta ley y era bendecida; no obedecía y era castigada. Este versículo que tu propones está desglosado en el capítulo 28 de Deuteronomio, donde se ven las bendiciones a quienes obedecían la ley y las maldiciones a quienes no la obedecían. La voluntad de Dios era que obedezcan y que vivan tal como dice Deuteronomio 30:19:
Con esto queda claro que Dios no andaba matando por pura gana a los de su pueblo, sino que realmente esperaba que obedezcan. Los profetas Isaías, y más tarde Jeremías entre otros, se pasaron advirtiendo a Israel que dejaran sus idolatrías para que no les viniera mal, para que no mueran, pero ellos no oyeron y hasta maltrataron a los profetas que Dios les mandaba. En el caso de Nínive, Dios les envió a Jonás y ellos respondieron positivamente dejando sus malos caminos y el castigo que iba a caer sobre ellos fue interrumpido.
Con todo, las enfermedades y la muerte que Dios usó como maldición en el tiempo de la ley fueron cargadas por Jesús en la cruz del calvario:
Este es nuestro pacto vigente:
Dios ha buscado redimir al hombre del pecado y de la muerte y lo hizo a través del sacrificio de Jesús. Él es el primero, luego nosotros así como Él, seremos resucitados y viviremos eternamente con Él.
Te sugiero leer 1 Corintios 15.
Dios te bendiga!
Dios es creador de todo, entonces como que no es creador de la muerte?
Hola Oscar, gracias por contactarnos. Si lees Génesis capítulos 1 y 2, allí está relatada la creación y en ningún lugar Dios había establecido la muerte del hombre. Pero Dios sí le dijo al hombre en Génesis 2:17 que no comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día que comiera de él ciertamente moriría. La desobediencia de Adán, el pecado, no es creación de Dios sino una alternativa del libre albedrío que Dios le dio al hombre. La muerte entró por esta desobediencia.
Romanos 5:12 “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”
Incluso el plan de Dios de enviar a Jesús a sacrificarse por el pecado y obtener la victoria sobre la muerte es algo que está pendiente para el futuro glorioso de los hijos de Dios. 1 Corintios 15 habla bastante del tema de la resurrección de muertos con cuerpos nuevos e incorruptibles. Luego de redimir del pecado nuestros cuerpos y la tierra con los juicios de Apocalipsis, al final de todo se restaurará el orden de Dios en su creación. Será absorbida la muerte en victoria (1 Corintios 15:54).
¡Dios te bendiga!
Creo q en algunos versiculos se refiere a la muerte espiritual .y ala vida eterna .y no a la muerte fisica.todo tiene su tiempo.debajo del sol.y aveces con nuestro actuar no dejamos q nuestro Padre cumpla su voluntad en nuestras vidas.pero aun asi el nos da oportunidadades.aun en el mismo momento en que podemos morir x las circustancias.o nuestros mismos actos.
Hola Karla! El único lugar donde se habla de muerte espiritual es en Génesis 2:17, cuando Dios le advirtió a Adán que si comía del árbol de la ciencia del bien y del mal ciertamente iba a morir. Esa muerte fue una separación de Dios. La vida espiritual de Dios ya no fluía en Adán. Quedó independizado y esa condición espiritual quedó en el resto de la raza humana. No obstante, desde el punto de vista físico, luego de pecar Adán vivió como 800 años más y luego murió físicamente. Si Adán no hubiera pecado, no hubiera muerto su conexión espiritual, y, por tanto, no hubiera muerto físicamente. La muerte física entró como una consecuencia del pecado.
Luego todas las veces que se habla de muerte, habla de muerte física. Cuando se habla de sanidad, se habla de sanidad física. Y la vida eterna la tenemos en nuestro ser desde el día que aceptamos a Cristo (Juan 17:3) y será manifiesta el día de las resurrecciones con cuerpos nuevos como el que Jesús tiene hoy. Te sugiero leer 1 Corintios 15 completo.
Dios te bendiga!
Soy cristiana y mi hijo murió a los 5 años luego de una larga enfermedad, a pesar de proclamar y clamar al Señor. Entonces entiendo que mi descendiente murió por mi culpa, qué provecho tendría Dios en no sanar a un inocente puro y alabador del Señor como lo era mi hijo?
Hola María, lamento mucho lo que pasó a tu hijito. Lo que es obvio es que no es la voluntad de Dios que un niño muera. Estamos viviendo en un mundo caído. No me gusta decir que fue por tu culpa o culpa de alguien. Es que muchas veces sucede que por años tenemos una enseñanza tradicional y fatalista en las iglesias y rogamos a Dios comos si tuviéramos que conseguir convencerlo a Él de que nos de una sanidad que ya está dada (en el sacrificio de Jesús, Isaías 53:4,5) A veces pasa que la información llega pero cuesta cambiar la mentalidad que nos forjaron durante años y no nos sentimos como colaboradores de Dios, Hijos del Reino, poseedores del mismo Espíritu que levantó a Jesús de los muertos con la capacidad de hacer las mismas obras de Jesús. Y cuando uno no está todavía convencido de estas cosas, no puede liberarlas. Espero que tengas paz; y sigas creciendo en el Señor para lograr salvar otras vidas. Todos estamos aprendiendo y sobreponiendonos a muchos años de ignorancia. Fijate que hubo 1000 años de oscuridad cuando el catolicismo y los papas escondieron la Biblia y sólo ellos podían verla. En ese tiempo se perdió toda la enseñanza experimental de los primeros cristianos. Hoy estamos tratando de re hacerla y debemos continuar aunque hayamos fallado en el intento. Todo tiene mucho con entender nuestra identidad en Cristo. Hay que crecer en ese punto.
Un gran abrazo y muchas bendiciones!
Mónica, la felicito por esa linda explicación. Yo pienso exactamente lo mismo. Bendiciones.
Me encanto, un estudio serie y bien logrado para traer luz a la oscuridad
Gracias hermano. Nos alegra que haya sido de bendición para ti. Dios siga bendiciendo tu vida!
Ok si la muerte no es voluntad de Dios..quiere decir que es la voluntad del diablo…osea que el diablo tiene más poder y autoridad sobre las personas, Incluidos los cristianos?
Hola Lore. Si bien es correcto que la muerte no es voluntad de Dios sino del diablo, Satanás no tiene dominio sobre lo creado por Dios sino que las catástrofes y problemas que sufre el mundo son esencialmente consecuencias de la caída de Adan. Este dominio, dado originalmente por Dios a Adán, había quedado vacante al perderlo Adán por su desobediencia en Génesis 3 y el diablo saca ventaja por medio de influencias y engaños, su único «poder». No obstante, Jesucristo restauró mediante la Justificación nuestra filiación con Dios y ya no estamos a merced del diablo gracias a la nueva creación que hay en nosotros. Junto con esa nueva creación está también disponible el poder y la autoridad que Jesucristo nos delegó para ejercer el mismo dominio que Adán tenia originalmente, lo cual incluye la sanidad.
Satanás no tiene ya poder. Él solo procura convencerte que sí lo tiene por medio de engaños y distracciones. No te dejes engañar: Cristo en nosotros es la esperanza de gloria.
ES UN ESTUDIO MUY CUIDADOSO DE QUE DIOS ES VIDA Y VINO A DARNOS VIDA.EL NO ES AUTOR DE LA MUERTE.JESÚS ES LA REPRESENTACIÓN DEL PADRE.
CENTRA AL LECTOR EN LOS ERRORES COMUNES DE QUE ES AUTOR DE LA MUERTE Y LOS DESMENUZA PUNTO POR PUNTO.